El enfoque clínico es algo de lo que se suele hablar en los entornos clínicos pero que no es fácil de definir. Un buen enfoque clínico determinará que el curso clínico de la enfermedad tenga más probabilidad de ser el deseable. Siguen a continuación una serie de reflexiones al respecto y algunas recomendaciones a considerar.

Hay varias metáforas para explicar lo que entendemos como enfoque clínico. Entre las más usadas esta la de la imagen borrosa, como el miope que ve sin gafas un paisaje sin poder caracterizar bien los detalles. Otra es lo que se corresponde con lo que llamamos encuadre clínico; una delimitación del problema clínico en un contexto fisiopatológico coherente que permita iniciar actuaciones con resultados predecibles. Pero en la práctica suelen haber distractores que pueden desviar la atención del clínico centrándola lejos del problema prioritario o provocando errores en la interpretación conceptual de los síntomas que se perciben. Finalmente un exceso de atención puede provocar un «efecto túnel» que nos impida ver otros problemas también presentes en el paciente.
La importancia del enfoque clínico es capital, puesto que si este es erróneo el curso clínico no será el esperado y las medidas terapéuticas indicadas se demorarán. Las consecuencias son mayores cuanto mayor es el tiempo que transcurre sin un enfoque correcto, estando el margen de reacción del clínico condicionado por la velocidad con la que evoluciona la enfermedad. La velocidad promedio con la que evolucionan las enfermedades varía según el contexto clínico. Así en el medicina ambulatoria el curso suele ser lento (Enfermedades crónicas), mientras que en Urgencias el curso suele ser rápido (Enfermedades Agudas). La percepción certera y precoz del «tempo» de la enfermedad del paciente es un condicionante clave de los resultados que se obtengan.
Algunas recomendaciones para un buen enfoque podrían ser:
- Realizar una obtención de datos, metódica, reflexiva y técnicamente correcta.
- El marco fisopatológico que se escoja debe de explicar satisfactoriamente la mayoría de los hallazgos o síntomas del paciente.
- Debe de considerarse la velocidad de evolución de la enfermedad.
- Salir del encuadre inicial para hacer una nueva evaluación del problema, prestando atención a nuevos signos o síntomas que pudieron pasar desapercibidos.
El numero 4!!!
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